Psoriasis
Introducción
La psoriasis es una enfermedad inflamatoria crónica de origen inmunológico que afecta principalmente la piel y, en algunos casos, las articulaciones. Se manifiesta con lesiones cutáneas escamosas y puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de quienes la padecen. Aunque no tiene cura, existen múltiples tratamientos para controlar sus síntomas y reducir su impacto en la vida diaria.
Distribución y Frecuencia
La prevalencia mundial de la psoriasis es aproximadamente del 2%, aunque varía según la región:
África y Asia: 0.4% de la población afectada.
Norte de Europa y EE.UU.: Hasta el 4.5%.
Afecta por igual a hombres y mujeres, con picos de aparición entre los 20-30 años y 50-60 años. La psoriasis de inicio temprano suele ser más grave.
Causas y Factores de Riesgo
Factores Genéticos
Se ha identificado el gen PSORS1 (ubicado en el cromosoma 6p21.3) como uno de los principales genes asociados.
El alelo HLA-Cw6 se asocia con un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad.
En la psoriasis pustulosa, se han descrito mutaciones en los genes IL36RN y CARD14, que provocan una respuesta inflamatoria anormal.
Factores Ambientales
Traumatismos cutáneos: Fenómeno de Koebner (lesiones aparecen en zonas de heridas o rasguños).
Infecciones: Especialmente las faringoamigdalitis por estreptococos.
Estrés emocional: Puede desencadenar o agravar los brotes.
Fármacos: Sales de litio, betabloqueantes, antipalúdicos, AINEs e IECAs.
Consumo de alcohol y tabaco: Relacionados con mayor gravedad de la enfermedad.
VIH: Puede exacerbar la psoriasis.
Mecanismo de la Enfermedad
La psoriasis es un trastorno inmunológico en el que el sistema inmune provoca inflamación crónica y una proliferación acelerada de las células de la piel (queratinocitos), formando las placas características de la enfermedad.
Mecanismo de la enfermedad
Activación del sistema inmunológico: Factores ambientales o predisposición genética activan células dendríticas en la piel.
Respuesta inflamatoria: Se liberan citocinas proinflamatorias como TNF-α, IL-17 e IL-23, que activan linfocitos T.
Proliferación excesiva de queratinocitos: La inflamación provoca una regeneración acelerada de la piel, generando las placas psoriásicas.
Síntomas y Formas Clínicas
Existen varias formas de psoriasis, que pueden coexistir en un mismo paciente:
Psoriasis en placas o vulgar
Forma más común (80-90% de los casos).
Placas eritematosas bien delimitadas con escamas blanco-nacaradas.
Lesiones simétricas en codos, rodillas, región lumbar y cuero cabelludo.
Puede presentar prurito leve o intenso.
Psoriasis guttata
Aparece tras infecciones respiratorias (especialmente por estreptococos).
Erupción repentina de pequeñas pápulas en tronco y extremidades.
Más común en niños y adultos jóvenes.
Psoriasis invertida
Placas rojas sin descamación significativa.
Ubicación en pliegues cutáneos: axilas, ingles, región submamaria, perineo.
Eritrodermia psoriásica
Afecta >90% de la superficie corporal.
Síntomas graves: fiebre, pérdida de líquidos y proteínas, aumento del gasto cardíaco.
Psoriasis pustulosa
Pústulas estériles sobre fondo inflamado.
Puede ser localizada en manos y pies o generalizada (tipo von Zumbusch).
Onicopatía psoriásica
Mancha en aceite (decoloración amarilla en la uña).
Onicólisis (desprendimiento de la uña).
Pitting (piqueteado en la lámina ungueal).
Artritis psoriásica
Ocurre en 20% de los pacientes con psoriasis.
Oligoartritis asimétrica en manos y pies.
Diagnóstico
El diagnóstico es clínico, pero en casos dudosos se puede realizar:
Biopsia cutánea: Hiperplasia epidérmica con paraqueratosis e infiltrado inflamatorio.
Diagnóstico diferencial
Psoriasis guttata vs. pitiriasis rosada.
Psoriasis en cuero cabelludo vs. dermatitis seborreica.
Psoriasis en uñas vs. onicomicosis.
Tratamiento
No existe cura, pero los tratamientos pueden controlar la enfermedad.
Tratamiento Tópico (formas leves-moderadas)
Corticoides tópicos: Antiinflamatorios, pero pueden causar atrofia cutánea.
Análogos de la vitamina D (calcipotriol, calcitriol): Regulan la proliferación de queratinocitos.
Inhibidores de calcineurina: Tacrolimus y pimecrolimus para zonas sensibles.
Fototerapia (formas moderadas-extensas)
UVB de banda estrecha (UVBBE): Reduce la inflamación.
PUVA (psoraleno + UVA): Eficaz, pero aumenta el riesgo de cáncer de piel.
Tratamiento Sistémico (formas moderadas-graves)
Metotrexato, ciclosporina A, acitretina, apremilast.
Terapia biológica:
Anti-TNF (adalimumab, infliximab).
Anti-IL-12/23 (ustekinumab).
Anti-IL-17 (secukinumab).
Conclusión
La psoriasis es una enfermedad autoinmune crónica que requiere un enfoque integral. Aunque no tiene cura, los tratamientos actuales permiten controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida de los pacientes. La terapia personalizada es clave para lograr una mejor respuesta terapéutica y minimizar efectos adversos.