Sarampión: una enfermedad prevenible que sigue siendo una amenaza
Introducción y definición
El sarampión es una enfermedad infecciosa aguda, muy contagiosa, causada por un virus del género Morbillivirus, que afecta exclusivamente a humanos. Se transmite por vía aérea y produce fiebre, síntomas respiratorios y un característico exantema maculopapular.
Aunque su incidencia ha disminuido notablemente en países con programas de vacunación exitosos, sigue siendo una causa importante de morbilidad y mortalidad infantil en muchas regiones del mundo. La infección confiere inmunidad de por vida.
Síntomas
La enfermedad progresa en fases:
Fase prodrómica (2–4 días):
Fiebre alta (hasta 40 °C)
Malestar general, anorexia
Tos seca, rinitis y conjuntivitis con fotofobia
Manchas de Koplik: lesiones blanco-grisáceas en la mucosa bucal, patognomónicas del sarampión
Fase exantemática:
Exantema maculopapular de distribución cefalocaudal: comienza detrás de las orejas y se extiende al resto del cuerpo
El exantema se vuelve confluente en cara y tronco
Mejora general coincidente con el descenso de la fiebre
Fase de recuperación:
Descamación fina del exantema
Persistencia de tos durante 1–2 semanas
En algunos casos: diarrea, dolor abdominal o hepatitis anictérica
Causas y factores de riesgo
Virus del sarampión, un virus de RNA de la familia Paramyxoviridae
Se transmite por gotitas respiratorias y aerosoles (gotas de Flügge)
Altamente contagioso: infecta hasta el 90 % de los susceptibles expuestos
Período de contagio: desde 4 días antes hasta 4 días después del inicio del exantema
Factores de riesgo:
No estar vacunado
Edad menor de 5 años o mayor de 20 años
Desnutrición, especialmente déficit de vitamina A
Embarazo
Inmunosupresión (VIH, neoplasias, trasplantes)
Diagnóstico
El diagnóstico suele ser clínico durante los brotes epidémicos:
Manchas de Koplik son diagnósticas si se observan.
Confirmación por laboratorio:
Detección de IgM específica por serología (a partir del 3.er día del exantema)
PCR para detección del RNA viral en secreciones respiratorias o en orina
Cultivo viral (poco usado por su complejidad)
Tratamiento y medidas terapéuticas
No existe un tratamiento antiviral específico; el abordaje es sintomático y de soporte:
Hidratación adecuada
Control de fiebre y síntomas respiratorios
Vitamina A (inmunomoduladora), indicada en:
Niños malnutridos
Deficiencia documentada de vitamina A
Pacientes hospitalizados o con complicaciones graves
Dosis de vitamina A:
< 6 meses: 50 000 UI
6–11 meses: 100 000 UI
≥ 12 meses: 200 000 UI
Repetir al día siguiente y entre las semanas 2–4 si hay deficiencia
Los antibióticos solo se indican ante complicaciones bacterianas.
Prevención
Vacunación con triple vírica (sarampión, rubéola, parotiditis):
1.ª dosis: 12–15 meses
2.ª dosis: 3–6 años
Efectividad del 95–99 %
Contraindicada en embarazadas y personas inmunodeprimidas
Prevención pos-exposición:
Administrar vacuna en las primeras 72 h tras la exposición
Inmunoglobulina en contactos de riesgo (gestantes, inmunocomprometidos) dentro de los 6 días
Complicaciones
Más frecuentes y graves en países en vías de desarrollo o en personas vulnerables.
Complicaciones respiratorias (60 % de las muertes por sarampión):
Neumonía (viral o bacteriana)
Bronconeumonía
Bronquiolitis
Laringotraqueobronquitis
Complicaciones neurológicas:
Encefalitis aguda (0,01–0,1 %): fiebre, cefalea, convulsiones
Encefalomielitis aguda diseminada
Panencefalitis esclerosante subaguda (PEES): enfermedad degenerativa y mortal que aparece años después de la infección
Otras complicaciones:
Otitis media (7–9 % de los casos)
Diarrea, hepatitis, glomerulonefritis
Sarampión hemorrágico o “negro”
Complicaciones graves en el embarazo: aborto, muerte fetal, bajo peso al nacer
Condiciones especiales (grupos de riesgo)
Niños menores de 5 años
Adultos jóvenes no vacunados
Personas inmunodeprimidas
Mujeres embarazadas
Pacientes desnutridos o con deficiencia de vitamina A
Niños infectados antes del año de vida (mayor riesgo de PEES)
Estadísticas
Antes de la vacuna, el sarampión causaba 2,5 millones de muertes anuales.
En 2016, se redujo por debajo de las 100 000 muertes al año.
Los brotes recientes se deben a la disminución en la cobertura vacunal.
La letalidad oscila entre 0,01 % en países desarrollados y hasta 10 % en países en vías de desarrollo.
Seguimiento
Evaluar signos de complicaciones en la primera semana.
Control clínico en pacientes inmunodeprimidos.
Educación sobre vacunación para prevenir recaídas en la comunidad.