Migraña
Introducción
La migraña es mucho más que un simple dolor de cabeza. Se trata de un trastorno neurológico que afecta a millones de personas en todo el mundo, con episodios de dolor intenso y síntomas como náuseas, sensibilidad a la luz y al sonido, e incluso alteraciones visuales conocidas como aura. Aunque no tiene cura, existen tratamientos efectivos para controlar sus síntomas y mejorar la calidad de vida.
¿Qué es la Migraña?
La migraña es un trastorno neurológico caracterizado por episodios recurrentes de cefalea de moderada a intensa, generalmente pulsátil y localizada en un solo lado de la cabeza. Puede afectar a cualquier persona, aunque es más frecuente en mujeres y suele comenzar en la infancia, adolescencia o adultez temprana.
Tipos de Migraña
Migraña con aura: Se acompaña de síntomas neurológicos transitorios previos a la cefalea, como alteraciones visuales (destellos o manchas en la visión), hormigueo en extremidades o dificultades en el habla.
Migraña sin aura: Es la forma más común y se presenta sin signos neurológicos previos, con un dolor de cabeza intenso y síntomas como fotofobia y fonofobia.
Síntomas
Los síntomas pueden variar de una persona a otra, pero los más comunes incluyen:
Dolor de cabeza pulsátil, generalmente unilateral.
Náuseas y vómitos.
Sensibilidad a la luz (fotofobia) y al sonido (fonofobia).
Alteraciones visuales (aura): destellos de luz, visión borrosa o pérdida temporal de la visión.
Hormigueo o entumecimiento en cara, manos o brazos.
Dificultad para concentrarse o hablar en algunos casos.
Los episodios pueden durar desde unas pocas horas hasta varios días, afectando significativamente la calidad de vida.
Causas y Factores de Riesgo
Si bien la causa exacta de la migraña no está completamente clara, se cree que es el resultado de una combinación de factores genéticos, neurológicos y ambientales.
Factores Desencadenantes
Genética: Si uno de los padres tiene migraña, hay una alta probabilidad de que los hijos también la padezcan.
Cambios hormonales: Muchas mujeres experimentan migrañas relacionadas con el ciclo menstrual.
Estrés y ansiedad: Pueden desencadenar crisis migrañosas.
Alimentación: Algunos alimentos como el chocolate, el queso añejo, los embutidos, el vino tinto y la cafeína pueden ser desencadenantes.
Alteraciones del sueño: Dormir demasiado o muy poco puede provocar ataques de migraña.
Factores ambientales: Cambios en la presión atmosférica, luces intensas o ruidos fuertes pueden actuar como desencadenantes.
Diagnóstico
El diagnóstico de la migraña es clínico y se basa en la historia médica del paciente y en la descripción de los síntomas. No hay pruebas específicas para diagnosticarla, pero en algunos casos el médico puede solicitar estudios de imagen (resonancia magnética o tomografía computarizada) para descartar otras causas de dolor de cabeza.
Criterios Diagnósticos (International Headache Society – IHS)
Al menos 5 episodios previos con las características de la migraña.
Duración de 4 a 72 horas sin tratamiento.
Dolor con al menos dos de las siguientes características:
Unilateral
Pulsátil
Intensidad moderada a severa
Empeora con la actividad física
Presencia de al menos uno de los siguientes síntomas:
Náuseas y/o vómitos
Fotofobia y fonofobia
Tratamiento
El tratamiento de la migraña se divide en manejo agudo (para detener la crisis) y prevención (para reducir la frecuencia e intensidad de los ataques).
Tratamiento Agudo
El objetivo es aliviar el dolor y otros síntomas lo más rápido posible. Algunas opciones incluyen:
Analgésicos comunes: paracetamol, ibuprofeno, naproxeno.
Triptanos: sumatriptán, rizatriptán, zolmitriptán; específicos para la migraña, bloquean la vía del dolor en el cerebro.
Dihidroergotamina: utilizada en casos más severos.
Antieméticos: metoclopramida o domperidona para controlar las náuseas y el vómito.
Es clave tomar la medicación en cuanto aparecen los primeros síntomas para mejorar la eficacia del tratamiento.
Tratamiento Preventivo
Cuando la migraña es frecuente o incapacitante, se recomienda un tratamiento de prevención con medicamentos como:
Betabloqueadores: propranolol o metoprolol.
Antidepresivos tricíclicos: amitriptilina, nortriptilina.
Antiepilépticos: ácido valproico, topiramato.
Anticuerpos monoclonales contra CGRP: nuevos tratamientos para la prevención en casos resistentes.
Toxina botulínica: aplicada en ciertos casos de migraña crónica.
Consejos para la Prevención
Identificar y evitar desencadenantes: llevar un diario de migraña puede ayudar a reconocer los factores que la provocan.
Mantener una rutina de sueño: dormir entre 7–8 horas diarias y evitar desvelos o siestas largas.
Reducir el estrés: técnicas como meditación, yoga o terapia cognitivo-conductual pueden ser útiles.
Ejercicio regular: la actividad física moderada puede ayudar a reducir la frecuencia de las crisis.
Alimentación equilibrada: evitar ayunos prolongados y consumir alimentos saludables.
Complicaciones
Si no se maneja adecuadamente, la migraña puede volverse crónica, aumentando el riesgo de:
Estado migrañoso: crisis de más de 72 horas con dolor incapacitante.
Cefalea por abuso de medicamentos: tomar analgésicos en exceso puede generar una cefalea de rebote.
Mayor riesgo de enfermedad cardiovascular: algunos estudios sugieren una relación entre la migraña con aura y el aumento del riesgo de infarto o accidente cerebrovascular.
Conclusión
La migraña es una condición común pero incapacitante que requiere un manejo adecuado. Con el tratamiento correcto y cambios en el estilo de vida, es posible reducir la frecuencia e intensidad de las crisis y mejorar la calidad de vida.