Enfermedad de Crohn

Introducción y Definición

La enfermedad de Crohn (EC) es una afección crónica que provoca inflamación en el sistema digestivo, pudiendo afectar cualquier parte del tubo digestivo, desde la boca hasta el ano. A diferencia de la colitis ulcerosa, que se limita al colon y afecta solo la capa interna del intestino, la EC compromete todas las capas del tejido intestinal. Esta inflamación persistente puede provocar complicaciones como estrechamientos (estenosis), conexiones anormales entre órganos (fístulas) y acumulaciones de pus (abscesos), lo que puede generar síntomas graves y requerir intervenciones médicas especializadas.

Síntomas Principales

  • Diarrea crónica, en ocasiones con sangre o pus.

  • Dolor abdominal intenso, similar a un cuadro de apendicitis.

  • Pérdida de peso y fatiga, debido a la mala absorción de nutrientes.

  • Fístulas y abscesos, que pueden aparecer en la zona perianal o en el abdomen.

  • Fiebre, en brotes agudos.

  • Deficiencias nutricionales, como anemia por falta de hierro o déficit de vitaminas.

Causas y Factores de Riesgo

La causa exacta de la EC no se conoce, pero se cree que resulta de una combinación de factores genéticos, inmunológicos y ambientales:

  • Genética: Se han identificado más de 200 genes asociados con la enfermedad.

  • Microbiota alterada: Menor diversidad bacteriana en pacientes con EC, lo que podría influir en la inflamación.

  • Tabaquismo: Aumenta la severidad de la enfermedad y el riesgo de recaídas.

  • Factores ambientales: Una dieta alta en grasas saturadas y procesados puede estar relacionada con el desarrollo de la enfermedad.

Diagnóstico

El diagnóstico de la enfermedad de Crohn se basa en una combinación de estudios clínicos, de laboratorio e imagenológicos:

  • Colonoscopía con biopsia: Permite evaluar úlceras y lesiones características de la enfermedad.

  • Resonancia magnética o tomografía computarizada: Útiles para detectar complicaciones como fístulas o estenosis.

  • Pruebas de laboratorio:

    • PCR y VSG: indicadores de inflamación sistémica.

    • Calprotectina fecal: marcador de inflamación intestinal.

    • Hemograma: puede revelar anemia o signos de inflamación crónica.

Tratamiento y Medidas Terapéuticas

El tratamiento de la EC busca reducir la inflamación y prevenir recaídas. Su elección depende de la severidad de la enfermedad:

  • Corticoides: Se usan en brotes agudos para reducir la inflamación.

  • Inmunomoduladores: Como azatioprina o metotrexato, indicados en enfermedad moderada para mantener la remisión.

  • Terapias biológicas: Infliximab, adalimumab o ustekinumab se utilizan en casos graves o con mala respuesta a otros tratamientos.

  • Cirugía: Se considera en pacientes con estenosis severas, fístulas complicadas o enfermedad refractaria a tratamiento médico.

Prevención y Consejos Prácticos

Si bien la enfermedad de Crohn no se puede prevenir completamente, algunas medidas pueden ayudar a reducir los síntomas y mejorar la calidad de vida:

  • Evitar el tabaco: fumar aumenta el riesgo de recaídas y complicaciones.

  • Dieta equilibrada: reducir el consumo de grasas saturadas y alimentos procesados puede ayudar a controlar la inflamación.

  • Ejercicio regular: mejora el bienestar general y ayuda a reducir el estrés.

  • Manejo del estrés: técnicas como la meditación y la respiración profunda pueden ser beneficiosas.

Complicaciones Posibles

Si no se maneja adecuadamente, la enfermedad de Crohn puede provocar diversas complicaciones:

  • Obstrucciones intestinales: resultado de la inflamación crónica y la formación de tejido cicatricial.

  • Fístulas y abscesos: conexiones anormales entre órganos o infecciones localizadas.

  • Déficits nutricionales: la mala absorción de nutrientes puede llevar a deficiencias de hierro, vitamina B12 y otros micronutrientes.

  • Mayor riesgo de cáncer colorrectal: en casos de inflamación prolongada del colon.

Seguimiento

El monitoreo regular con un especialista es clave para controlar la enfermedad y prevenir complicaciones. Se recomienda realizar controles periódicos, ajustar el tratamiento según la evolución y mantener un estilo de vida saludable para mejorar el pronóstico a largo plazo.

Anterior
Anterior

Gastroenteritis Vírica

Siguiente
Siguiente

Eccema y Dermatitis