Eccema y Dermatitis
Introducción
El término eccema (también conocido como dermatitis) describe un grupo de afecciones inflamatorias de la piel con síntomas similares, aunque con diferentes causas. Es una de las principales razones de consulta dermatológica y puede afectar a personas de todas las edades. El síntoma más característico es el prurito (picazón), que puede afectar significativamente la calidad de vida del paciente.
Tipos de Eccema y Características
Los eccemas pueden clasificarse según su causa o su evolución en agudos, subagudos y crónicos. Esta clasificación ayuda a entender la gravedad de la inflamación y guiar el tratamiento adecuado.
Dermatitis Atópica (DA)
Es un eccema crónico que suele aparecer en la infancia, afectando hasta al 20 % de los niños y al 1–3 % de los adultos. Se presenta en brotes intermitentes y suele estar asociado con antecedentes familiares de alergias.
Causas y Factores de Riesgo
Genética: frecuente en familias con asma, rinitis alérgica y otras condiciones atópicas.
Alteración en la barrera cutánea: mutaciones en el gen de la filagrina afectan la función protectora de la piel.
Disfunción inmunológica: predominio de la respuesta inmune tipo Th2 con aumento de IL-4 e IL-13.
Colonización bacteriana: la piel suele estar sobreinfectada con Staphylococcus aureus.
Síntomas
Prurito intenso.
Piel seca (xerosis).
Eccema con lesiones según la edad:
Lactantes: afecta mejillas, frente, cuero cabelludo y pliegues.
Niños: lesiones en pliegues de codos y rodillas con engrosamiento de la piel (liquenificación).
Adultos: lesiones extensas en pliegues, cara y párpados, con tendencia a la cronicidad.
Tratamiento:
Evitar jabones agresivos y productos irritantes.
Hidratar la piel con emolientes.
Tratamiento farmacológico:
Casos leves: corticoides tópicos e inhibidores de la calcineurina (tacrolimus, pimecrolimus).
Casos moderados a graves: antihistamínicos, fototerapia, inmunosupresores (ciclosporina, metotrexato, azatioprina).
Nuevas terapias: biológicos como dupilumab (bloqueador de IL-4 e IL-13).
Antibióticos o antivirales si hay sobreinfección bacteriana o viral.
Dermatitis Seborreica
Es una inflamación crónica de la piel en áreas con mayor producción sebácea (cara, cuero cabelludo, pecho). Puede estar relacionada con el crecimiento excesivo del hongo Malassezia.
Síntomas
Lesiones rojas con escamas blancas-amarillentas.
Afecta cejas, pestañas, pliegues nasogenianos, barba, orejas y cuero cabelludo.
En bebés, se manifiesta como “costra láctea”.
Tratamiento
Cremas con corticoides suaves para brotes.
Antifúngicos tópicos (ketoconazol, ciclopirox).
Champús con ácido salicílico, sulfuro de selenio o zinc.
Eccema de Contacto
Se produce por exposición a sustancias irritantes o alérgenos.
Tipos
Eccema de contacto alérgico: reacción inmunológica retardada (hipersensibilidad tipo IV).
Eccema de contacto irritativo: daño directo de la piel sin intervención del sistema inmune.
Síntomas
Enrojecimiento, vesículas y descamación en la zona de contacto.
Puede extenderse a áreas no expuestas.
Tratamiento
Evitar el contacto con el alérgeno o irritante.
Antihistamínicos y corticoides tópicos.
Pruebas de parche para identificar la causa.
Otras Formas de Eccema
Eccema Palmoplantar: afecta manos y pies, con vesículas (dishidrosis) o engrosamiento cutáneo.
Eccema Numular: lesiones en forma de moneda, muy pruriginosas.
Liquen Simple Crónico: engrosamiento de la piel por rascado constante.
Eccema Craquelé: fisuras en la piel seca de adultos mayores, especialmente en invierno.
Eccema por Autosensibilización: reacción inmunológica secundaria a infecciones previas.
Diagnóstico
El diagnóstico se basa en la evaluación clínica. En algunos casos, se requieren estudios adicionales:
Pruebas de parche, para detectar alergias de contacto.
Biopsia cutánea, en casos atípicos.
Cultivos cutáneos, si se sospecha infección secundaria.
Determinación de IgE total, en casos de dermatitis atópica.
Tratamiento General del Eccema
Medidas generales
Evitar jabones agresivos y duchas prolongadas con agua caliente.
Uso frecuente de emolientes para mantener la piel hidratada.
Control de factores ambientales y alimentarios en pacientes con atopía.
Tratamiento farmacológico
Corticoides tópicos: según la localización y severidad de las lesiones.
Inhibidores de la calcineurina (tacrolimus, pimecrolimus): útiles en cara y pliegues.
Antihistamínicos orales: para reducir el prurito.
Fármacos sistémicos (ciclosporina, metotrexato, azatioprina, micofenolato): en casos severos.
Terapias biológicas (dupilumab): para dermatitis atópica grave.
Manejo de infecciones secundarias
Antibióticos tópicos u orales, si hay sobreinfección bacteriana.
Antivirales (aciclovir), en infecciones por herpes.
Conclusión
El eccema es una afección frecuente con múltiples variantes. Aunque su fisiopatología varía, el tratamiento se enfoca en aliviar el prurito, mantener la piel hidratada y reducir la inflamación. Gracias a los avances en terapias biológicas, el manejo del eccema severo ha mejorado significativamente. Sin embargo, la educación del paciente y la adopción de medidas preventivas siguen siendo clave para evitar recaídas y mejorar la calidad de vida.