Dislipemias: Un Desafío Silencioso para la Salud Cardiovascular

Introducción

Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son la principal causa de muerte en Uruguay y en todo el mundo. Entre los factores de riesgo modificables más importantes se encuentran las dislipemias, que son alteraciones en los niveles de lípidos en la sangre. Si no se detectan y tratan a tiempo, pueden aumentar el riesgo de infartos, accidentes cerebrovasculares (ACV) y enfermedad arterial periférica.

Las dislipemias son silenciosas, es decir, no presentan síntomas evidentes, por lo que muchas personas desconocen su condición hasta que aparecen complicaciones graves. Por este motivo, la detección temprana es fundamental para prevenir enfermedades cardiovasculares y mejorar la calidad de vida.

Según la Guía Nacional para el Abordaje de las Dislipemias en el Adulto en Uruguay (2019), existen estrategias basadas en evidencia para la detección, diagnóstico, tratamiento y prevención de estas alteraciones. A continuación, analizaremos qué son las dislipemias, cómo afectan la salud, cómo prevenirlas y cuáles son los tratamientos recomendados.

¿Qué son las dislipemias?

Las dislipemias son alteraciones en los niveles de grasas en la sangre, que incluyen:

• Colesterol total (CT).

• Colesterol LDL (“malo”).

• Colesterol HDL (“bueno”).

• Triglicéridos (TG).

Dependiendo del tipo de alteración, se pueden clasificar en diferentes categorías:

Tipos de Dislipemias

• Hipercolesterolemia aislada:

  • Aumento del colesterol total y colesterol LDL.

  • Asociado a mayor riesgo de aterosclerosis y eventos cardiovasculares.

• Hipertrigliceridemia aislada:

  • Triglicéridos elevados por encima de 150 mg/dL.

  • Relacionado con pancreatitis y mayor riesgo cardiovascular.

• Hiperlipemia combinada:

  • Aumento simultáneo del colesterol LDL y los triglicéridos.

  • Mayor impacto en la salud cardiovascular.

• Hipoalfalipoproteinemia:

  • Disminución del colesterol HDL, que cumple una función protectora.

  • Aumenta el riesgo de eventos cardiovasculares.

Factores de Riesgo para las Dislipemias

Las dislipemias pueden tener un origen genético (primario) o estar relacionadas con factores ambientales (secundarias).

Factores Genéticos

• Las dislipemias primarias son causadas por mutaciones genéticas que afectan el metabolismo de los lípidos.

• La más relevante es la hipercolesterolemia familiar (HF), un trastorno hereditario en el que los niveles de colesterol LDL son muy elevados desde la infancia. Si no se trata, puede causar infartos prematuros antes de los 50 años.

Factores Secundarios (Ambientales)

El estilo de vida y otras condiciones médicas pueden influir en la aparición de dislipemias. Entre los principales factores se encuentran:

• Dieta inadecuada: exceso de grasas saturadas, azúcares y harinas refinadas.

• Obesidad y sedentarismo: relacionados con resistencia a la insulina y alteraciones en el metabolismo de los lípidos.

• Diabetes mellitus: aumenta los triglicéridos y reduce el HDL.

• Tabaquismo: reduce los niveles de colesterol HDL.

• Consumo excesivo de alcohol: eleva los triglicéridos.

• Hipotiroidismo y enfermedades renales crónicas: pueden favorecer la hipercolesterolemia.

• Uso de ciertos medicamentos: corticoides, diuréticos, betabloqueantes y anticonceptivos orales pueden alterar los niveles de lípidos.

Diagnóstico de las Dislipemias

El diagnóstico se realiza mediante un perfil lipídico, un análisis de sangre que mide:

• Colesterol total (CT).

• Colesterol LDL (“malo”).

• Colesterol HDL (“bueno”).

• Triglicéridos (TG).

¿Cuándo se debe medir el perfil lipídico?

Según la Guía Nacional de Dislipemias, se recomienda realizarlo en:

• Hombres mayores de 40 años y mujeres postmenopáusicas.

• Personas con factores de riesgo (diabetes, hipertensión, obesidad, tabaquismo).

• Pacientes con antecedentes familiares de enfermedad cardiovascular prematura (infartos en menores de 55 años en hombres y menores de 65 años en mujeres).

• Pacientes con enfermedades crónicas como insuficiencia renal, enfermedades autoinmunes y VIH.

Frecuencia de control:

• Personas sanas: cada 2 años.

• Pacientes con factores de riesgo: cada año.

Tratamiento de las Dislipemias

El tratamiento varía según la gravedad de la dislipemia y el riesgo cardiovascular del paciente.

Cambios en el Estilo de Vida (Primer Paso)

Antes de iniciar tratamiento con medicamentos, se recomienda modificar hábitos de vida:

• Dieta saludable:

  • Aumentar el consumo de frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, frutos secos y pescado.

  • Reducir grasas saturadas y trans (carnes rojas, productos ultraprocesados).

  • Incluir grasas saludables (aguacate, aceite de oliva, omega-3).

• Ejercicio físico regular:

  • Al menos 150 minutos de actividad aeróbica moderada por semana.

• Cese del tabaquismo y reducción del alcohol:

  • Dejar de fumar y moderar el consumo de bebidas alcohólicas.

• Control de peso:

  • Mantener un índice de masa corporal (IMC) entre 18,5 y 24,9 kg/m².

  Tratamiento Farmacológico

  Si los cambios en el estilo de vida no son suficientes, se indica medicación según el tipo de dislipemia:
  

• Estatinas (atorvastatina, rosuvastatina, simvastatina): reducen el colesterol LDL y protegen el corazón.

• Fibratos (fenofibrato, gemfibrozilo): se usan en casos de triglicéridos muy elevados.

• Ezetimibe: inhibe la absorción de colesterol en el intestino, útil en quienes no toleran estatinas.

• Inhibidores de PCSK9 (evolocumab, alirocumab): para pacientes con alto riesgo o hipercolesterolemia familiar.

• Omega-3: puede ayudar a reducir los triglicéridos.

Conclusión

Las dislipemias son un factor de riesgo silencioso pero prevenible y tratable. La detección temprana con controles periódicos y la adopción de un estilo de vida saludable pueden reducir significativamente el riesgo de infartos y ACV.

Si tienes más de 40 años, antecedentes familiares de enfermedad cardiovascular o factores de riesgo, consulta con tu médico y revisa tus niveles de lípidos.