Colitis Ulcerosa

Introducción y Definición

La colitis ulcerosa (CU) es una enfermedad inflamatoria intestinal (EII) que provoca una inflamación crónica en la mucosa del colon y el recto. Se considera una enfermedad autoinmune, ya que el sistema inmunológico ataca erróneamente el revestimiento del colon, causando ulceraciones y síntomas digestivos persistentes. El curso clínico de la CU es variable, con periodos de actividad (brotes) y remisión. Sin un tratamiento adecuado, puede llevar a complicaciones severas como el megacolon tóxico y un mayor riesgo de cáncer colorrectal.

Síntomas Principales

Los síntomas dependen de la extensión y severidad de la inflamación y pueden incluir diarrea crónica con sangre, moco o pus en las heces; dolor abdominal, generalmente tipo cólico, que se intensifica antes de la evacuación; urgencia defecatoria y tenesmo rectal (sensación de evacuación incompleta); fatiga extrema relacionada con la inflamación crónica y deficiencias nutricionales; pérdida de peso debido a la mala absorción de nutrientes y al aumento del gasto energético; y fiebre y malestar general en casos de inflamación severa. Los pacientes pueden experimentar períodos de remisión sin síntomas y brotes en los que los síntomas reaparecen con mayor intensidad.

Causas y Factores de Riesgo

La causa exacta de la CU aún no se conoce, pero se cree que resulta de una combinación de factores genéticos, inmunológicos y ambientales.

  1. Genética
    Aproximadamente el 10–20 % de los pacientes tienen un familiar con EII. Se han identificado múltiples genes relacionados con una respuesta inmune anormal.

  2. Disbiosis Intestinal
    Alteraciones en la microbiota pueden activar una respuesta inflamatoria en individuos susceptibles.

  3. Factores Ambientales
    Una dieta con consumo excesivo de azúcares refinados y grasas saturadas. Infecciones intestinales que pueden alterar la respuesta inmune y favorecer la inflamación. El uso de antibióticos y AINEs puede afectar la microbiota y la integridad de la mucosa intestinal.

  4. Tabaquismo
    Curiosamente, los fumadores tienen menor riesgo de desarrollar CU, pero los exfumadores presentan un mayor riesgo.

Diagnóstico

El diagnóstico de la colitis ulcerosa se basa en una combinación de estudios. El historial clínico y examen físico permiten identificar síntomas y evaluar signos de inflamación. La colonoscopía con biopsia es el método más confiable para observar ulceraciones y evaluar la severidad de la inflamación. Entre los marcadores de laboratorio están la calprotectina fecal (indicador de inflamación intestinal), la PCR y VSG (pruebas de inflamación sistémica) y el hemograma (que puede mostrar anemia y signos de inflamación). Las pruebas de imagen, como resonancia magnética o tomografía, se utilizan para evaluar complicaciones como el megacolon tóxico.

Tratamiento y Medidas Terapéuticas

El tratamiento busca controlar la inflamación y prevenir recaídas.

  1. Aminosalicilatos (5-ASA)
    Mesalazina, tratamiento de primera línea en enfermedad leve a moderada.

  2. Corticoides
    Prednisona o budesonida, utilizados en brotes moderados a severos.

  3. Inmunomoduladores
    Azatioprina o metotrexato, indicados en pacientes que no responden a tratamientos iniciales.

  4. Terapias Biológicas
    Infliximab, adalimumab o vedolizumab, para formas moderadas a graves.

  5. Cirugía
    En casos de CU grave y refractaria, se puede realizar una colectomía total, lo que cura la enfermedad.

Prevención y Consejos Prácticos

Mantener una dieta equilibrada, prefiriendo alimentos naturales y evitando procesados y frituras. Controlar el estrés, que no causa la CU pero puede empeorar los síntomas. Evitar el uso innecesario de AINEs y antibióticos, ya que pueden desencadenar brotes. Realizar un monitoreo regular con colonoscopía periódica para prevenir el cáncer colorrectal en pacientes de alto riesgo.

Complicaciones Posibles

Sin un manejo adecuado, la CU puede causar megacolon tóxico (dilatación grave del colon con riesgo de perforación), aumentar el riesgo de cáncer colorrectal en pacientes con enfermedad de larga evolución y presentar manifestaciones extraintestinales como artritis, uveítis y enfermedades hepáticas.

Seguimiento

El control médico regular es esencial para ajustar el tratamiento y reducir las recaídas.

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