Asma Bronquial

Introducción y Definición

El asma bronquial es una enfermedad inflamatoria crónica de las vías respiratorias caracterizada por obstrucción bronquial reversible, inflamación persistente e hiperrespuesta bronquial a diversos estímulos. Se manifiesta con episodios recurrentes de sibilancias, disnea, opresión torácica y tos, que varían en intensidad y frecuencia. El asma afecta a personas de todas las edades y puede tener un impacto significativo en la calidad de vida si no se maneja adecuadamente. Su control requiere una combinación de medidas preventivas, tratamiento farmacológico y educación del paciente. A continuación, abordaremos los aspectos clave del asma bronquial, incluyendo su epidemiología, fisiopatología, diagnóstico, clasificación, tratamiento y prevención.

¿Cuántas personas tienen asma y qué factores influyen?

La prevalencia del asma varía según el país y la región, influenciada por factores genéticos y ambientales. En países con alta prevalencia, como Australia y Nueva Zelanda, afecta hasta al 30 % de los niños. En España, la prevalencia oscila entre el 3 % y el 12 %, con mayor incidencia en niños que en adultos. Los niños tienen mayor predisposición que las niñas a desarrollar asma, pero en adultos jóvenes la enfermedad es más común en mujeres. En los ancianos, la prevalencia es similar en ambos sexos. Factores ambientales como la contaminación, el tabaquismo materno, el estilo de vida urbano y la obesidad han contribuido al aumento de casos en las últimas décadas.

¿Qué sucede en los pulmones cuando tienes asma?

El asma es una enfermedad multifactorial que involucra varios procesos fisiopatológicos.

Inflamación Bronquial

La inflamación crónica de las vías respiratorias es clave en el asma y se caracteriza por infiltración de eosinófilos, mastocitos y linfocitos T CD4, producción de mediadores inflamatorios (histamina, prostaglandinas y leucotrienos) que provocan broncoconstricción y edema de la mucosa, y hiperproducción de moco que obstruye los bronquios y agrava los síntomas.

Hiperrespuesta Bronquial

Los bronquios reaccionan exageradamente a estímulos como alérgenos (pólenes, ácaros, mohos, epitelios animales), ejercicio físico (especialmente en aire frío y seco), infecciones respiratorias virales, contaminantes ambientales y humo de tabaco, y ciertos fármacos (AINEs, beta-bloqueantes).

Remodelado de las Vías Aéreas

En casos de asma persistente, la inflamación crónica provoca engrosamiento de la membrana basal bronquial, hipertrofia del músculo liso, producción excesiva de moco y fibrosis de las vías respiratorias, lo que puede llevar a una obstrucción irreversible.

Diagnóstico del Asma

El diagnóstico se basa en síntomas clínicos, pruebas de función pulmonar y estudios específicos.

Síntomas Característicos

Los pacientes suelen presentar sibilancias (ruidos respiratorios agudos), disnea (dificultad para respirar), tos persistente (especialmente nocturna o inducida por ejercicio) y opresión torácica. Estos síntomas son variables y reversibles, mejorando con el uso de broncodilatadores.

Pruebas Diagnósticas

  • Espirometría: mide la capacidad pulmonar y el flujo espiratorio. Se confirma asma si la relación FEV₁/FVC es menor de 0,75–0,80 y hay reversibilidad tras broncodilatador, con un aumento del FEV₁ igual o superior al 12 % y al menos 200 ml.

  • Pruebas de broncoprovocación: se utilizan cuando la espirometría es normal pero hay sospecha clínica de asma. Incluyen exposición a metacolina, histamina o ejercicio, evaluando la caída del FEV₁.

Clasificación del Asma

El asma se clasifica según la frecuencia de los síntomas y la gravedad de las exacerbaciones:

  • Asma intermitente: síntomas diurnos dos veces por semana o menos, síntomas nocturnos dos veces por mes o menos, sin limitación de la actividad y con PEF o FEV₁ igual o superior al 80 %.

  • Asma persistente leve: síntomas diurnos más de dos veces por semana, síntomas nocturnos de tres a cuatro veces por mes, limitación leve de la actividad y PEF o FEV₁ igual o superior al 80 %.

  • Asma persistente moderada: síntomas diurnos todos los días, síntomas nocturnos más de una vez por semana, limitación moderada de la actividad y PEF o FEV₁ entre el 60 % y el 80 %.

  • Asma persistente grave: síntomas diurnos continuos, síntomas nocturnos frecuentes, limitación grave de la actividad y PEF o FEV₁ menor del 60 %.

Tratamiento del Asma

El tratamiento se basa en medicación de mantenimiento y de rescate.

Fármacos de Mantenimiento

  • Corticoides inhalados (budesonida, fluticasona, beclometasona).

  • Agonistas β₂ de acción prolongada (salmeterol, formoterol).

  • Antagonistas de los leucotrienos (montelukast).

  • Anticuerpos monoclonales (omalizumab, mepolizumab, benralizumab) en casos de asma grave.

Fármacos de Rescate

  • Agonistas β₂ de acción corta (salbutamol, terbutalina).

  • Bromuro de ipratropio en crisis severas.

  • Corticoides orales o intravenosos en exacerbaciones graves.

Prevención y Control del Asma

Para prevenir y controlar el asma es fundamental evitar alérgenos como pólenes, ácaros y epitelios animales; no fumar ni exponerse al humo de tabaco; utilizar purificadores de aire y mantener el hogar limpio; y realizar ejercicio moderado con las precauciones necesarias.

Conclusión

El asma es una enfermedad crónica controlable con el manejo adecuado. Un tratamiento estructurado, la educación del paciente y el control de los factores desencadenantes permiten mejorar la calidad de vida y prevenir complicaciones graves.

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